Desde que brotó, había vivido siempre en la parte sombría del jardín. Se elevaba con su tallo de un modo tímido y sinuoso hacia el cielo, en busca de esa luz que le daba la vida.
Disfrutaba con el cosquilleo que le producían las mariquitas mientras trepaban por sus hojas, o del dulce rubor que le provocaba el libar de las mariposas, a las que envidiaba, no por su belleza, si no porque podían salir volando.
La pequeña margarita era soñadora, algo peligroso para una flor enraizada en un jardín. Había aprendido a imaginar otra vida tarde a tarde, cuando la pequeña Alba, leía en voz alta toda clase de cuentos y leyendas para olvidar, que sus pies se resistían a andar sin aquellos hierros que la mantenían rígida, ya que su espina dorsal se resistió a formarse del todo .
Una tarde mientras Alba leía un cuento Celta, sobre hadas, ríos, deseos y sueños imposibles hechos realidad, escucho a su madre decir;
-¿Dónde se esconde hoy mi pequeña sirena?
- Nadando entre margaritas como siempre.
Fue rápido, casi no se dio cuenta, dos dedos la arrancaron del resto de su tallo, pudo sentir como inspiraban su aroma, después un sarcófago de papel la acogió entre la página ciento doce y ciento trece.
Desde que brotó, la sombra y los sueños fueron sus compañeros de viaje, ahora reposa en un libro de cuentos Celtas, sobre hadas, ríos, deseos y sueños imposibles hechos realidad.
Evaglauca
Disfrutaba con el cosquilleo que le producían las mariquitas mientras trepaban por sus hojas, o del dulce rubor que le provocaba el libar de las mariposas, a las que envidiaba, no por su belleza, si no porque podían salir volando.
La pequeña margarita era soñadora, algo peligroso para una flor enraizada en un jardín. Había aprendido a imaginar otra vida tarde a tarde, cuando la pequeña Alba, leía en voz alta toda clase de cuentos y leyendas para olvidar, que sus pies se resistían a andar sin aquellos hierros que la mantenían rígida, ya que su espina dorsal se resistió a formarse del todo .
Una tarde mientras Alba leía un cuento Celta, sobre hadas, ríos, deseos y sueños imposibles hechos realidad, escucho a su madre decir;
-¿Dónde se esconde hoy mi pequeña sirena?
- Nadando entre margaritas como siempre.
Fue rápido, casi no se dio cuenta, dos dedos la arrancaron del resto de su tallo, pudo sentir como inspiraban su aroma, después un sarcófago de papel la acogió entre la página ciento doce y ciento trece.
Desde que brotó, la sombra y los sueños fueron sus compañeros de viaje, ahora reposa en un libro de cuentos Celtas, sobre hadas, ríos, deseos y sueños imposibles hechos realidad.
Evaglauca
6 comentarios
Evaglauca -
Vaya no era mi intención hacer llorar, gracias por tus palabras.
Un abrazo
hoy -
ENHORABUENA POR ESTE ESCRITO!
Evaglauca -
Un beso
Evaglauca -
Gata Negra -
Un beso!
jordi -