La intensidad de la luz de su alma siempre había oscilado en claro oscuros, mientras aprendía a caminar por el universo de realidades que le habían tocado vivir.
Recordaba cuando de niña bailaba descalza el lago de los cisnes (más bien patos)para sus peluches y muñecas a los que creía oír deshacerse en aplausos cuando empapada en sudor acababa su loca danza.
Su belleza lejos de ayudarla solo se había convertido en un lastre, convirtiéndose en la excusa perfecta para restar méritos a sus logros, e inflar el tamaño de sus fallos.
Gracias a su padre aprendió que daba igual lo que los demás viesen en ella, que se lucha por los sueños, que si se abandonan se apagan, matando uno a uno los destellos que se esconden en el fondo de nuestros ojos.
Ahora que el tiempo ya se había tomado su tributo en su rostro y en su cuerpo, caminaba con la ligereza de los que llevan los bolsillos llenos de sonrisas mientras lanzan las piedras de su corazón al mar de los miedos.
Evaglauca
5 comentarios
Evaglauca -
Lo mismo digo, disfruto de lo que queda de verano.
Un abrazo
Ramón -
Evaglauca -
Tanhäuser, eres un cielo, gracias a tí, solo los seres mágicos reconocen la materia de los sueños.
Besos
Tanhäuser -
Gracias por este instante mágico.
Besos
rafaela -