En algún lugar de las profundas aguas saladas, reposaba Glauca en su plácido universo.
Hija de protectores, vigilaba desde lejos aquellos, a los que tenía el deber de salvar.
Pero como en todo universo, había unas reglas , y Glauca jamás se llevó bien con ellas, porque por culpa de esas leyes perdió a su madre, y por la misma razón jamás conoció a su abuela.
La maldición de su estirpe tenía un bello nombre, AMOR.
Por amor a sus protegidos, las hembras de su linaje eran condenadas a la finitud y al destierro.
Como intentando evitar lo que siempre acontece, Glauca era precavida , no quería que ningún ser le robara el corazón, aunque jamás dejó desatendidos a los náufragos , los rescató sin dejarse ver, y luchó contra la necesidad que desata el instinto, dejando ahogados sus cantos en el fondo de su garganta.
Pero cuando los hilos de la maldición se entrelazan con el destino, por mucho que intentó burlar su sino y escribir su propia historia, no nadó lo suficientemente lejos.
Uno de esos días que el plenilunio acaricia el mar, una de las puntadas que llevaba escrita su suerte, atravesó su corazón de sirena.
Una tormenta hizo añicos el barco del marinero que acabaría llevándola al dulce destierro de los humanos.
Una rotunda luna llena, ¿qué tendrá , la maldita luna llena? que me ha robado siempre a mis mujeres.
Cuando la vi por primera vez supe que la perdería, en una noche de luna llena,...Ellas siempre me dejan , mi madre, mi mujer y ahora mi hija.
Soy Glauco el Dios protector, y mi condena es salvar aquellos que algún día me robarán el amor, para tejer su propio destino.
Evaglauca
2 comentarios
Evaglauca -
Un abrazo fuerte.
Evaglauca
Gata Negra -
Es triste tener que renunciar a quienes amas para que ellos sean felices...
Un beso!