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SOÑANDO CON HADAS


Cuando se tiene el alma inquieta, a veces parar, hacer un alto en el camino, lejos de relajar, da una sensación de vértigo inmensa, porque entonces todo alrededor cobra vida, y se mueve a una velocidad que no se puede controlar.


Dejarse llevar por la corriente sin plantar cara, correr rio abajo, entre el agua cristalina y fresca, disfrutar del viaje desde el interior del corazón, por el cauce de un destino juguetón y sorprendente, permitiéndose ser hoja, piedra, o tronco, corriendo entre torrentes de un agua, que en otro tiempo fue salada y las nubes devolvieron dulce, a un rio que parece querer atravesar montañas, valles y bosques.


Bosques, bosques de palabras, de susurros, versos y besos, bosques de emociones y sensaciones que hibernaban sin querer despertar en primavera, y que la vida con su altivez ganada a golpe de eternidad ha despertado, porque no hay tregua cuando se tiene el alma inquieta y la vida te besa en la boca.


Evaglauca

2 comentarios

Evaglauca -

Gracias danzarina, siempre me alegro cuando dejas tu huella en este blog.

Un abrazo

noah -

Bravo sonyadora! que buen texto, con esa tierna inquietud que te caracteriza.

Me gusta mas leerte...

Un abrazo