Un cruce de miradas que apenas duró unos segundos, los suficientes para marcar toda una vida.
El, marinero de los de que están en muchas canciones, con su amor en cada puerto, pero con una sola cicatriz en el corazón.
Ella, víctima de un naufragio de los de larga travesía, con un solo amor y muchas heridas en su alma.
Tal vez fue la luna llena reflejada en su melena, la casualidad, la urgencia, o la necesidad de sentir algo más, que pena.
Se acercó con paso firme y sonrisa traviesa, inseguramente seguro, de que quería pasear por esa playa.
Inesperadamente ,ella se dejó llevar, y juntos anduvieron descalzos, por la orilla de sus mares pendiéndose en un océano de besos y caricias, en un infinito instante de felicidad intima.
Al amanecer, no hubo ni despedidas ni promesas, solo un beso y una muda sonrisa.
No volvieron a cruzarse, pero ambos guardan junto a sus heridas un dulce recuerdo, que mitiga el dolor de lo que no se olvida.
Evaglauca
4 comentarios
Gata -
Me refiero a arriesgarme a sufrir.
Que bonita la imagen :)
Un besito!
noah -
evaglauca -
noah -
Hermoso, Eva