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SOÑANDO CON HADAS

LA LIBELULA

LA LIBELULA

El día del eclipse solar pasaron cosas maravillosas, pero ninguna de las que vaticinaban los oráculos.

Cerca del lago vio por primera y última vez la luz de ese sol oscuro y cegadoramente brillante la pequeña libélula, un acontecimiento de lo más normal, de no ser porque el mismo y eclipsado astro que le robó el don de la visión le otorgo un color negro y rojo de una belleza que ni el más experimentado de los trovadores hubiese podido describir.


Aunque parezca cruel arrebatar la visión a uno de los seres con mayor capacidad para observar, ese día, la sombra del sol le concedió también el don de la premonición haciendo así del pequeño paleóptero el insecto más contradictorio e imprevisible de todo el lago.

Una mañana mientras se desayunaba un par de mosquitos topó con una rana que lejos de comérsela, la observaba entretenida, pues nunca había tenido tan cerca ningún bicho de luz. Pensó que era la más valiente de las libélulas o simplemente la más suicida, y en eso andaba cuando la pequeña se le puso justo enfrente y le dijo:

- Esta noche, deberías permanecer lo más alejada que puedas de la orilla del lago, o de lo contrario acabarás en el saco del leñador.

Dicho esto, dio un giro y desapareció como una exhalación. La rana no daba crédito a lo que había sucedido pero por precaución al anochecer se quedó en el centro del lago salvando su vida tal y como le vaticinó la pequeña libélula.

Día tras día fue avisando a todos los seres de su entorno de los peligros que podían sucederles, unos la creían y otros no pero siempre adivinó lo que iba a suceder, los que siguieron sus consejos por miedo, por superstición o incluso por fe salvaron sus vidas, igual que la perdieron aquellos que solo creían lo que veían.

Un atardecer, tubo la certeza que había llegado su hora, así que voló por última vez por encima de su amado lago y fue en busca de su final. Nadie sabe que fue de la pequeña libélula ciega, aunque hay quien asegura, que fue a visitar al sol y jamás regresó.


Evaglauca

2 comentarios

evaglauca -

Lo tangible no se da muy bien, pero en los sueños me desenvuelvo con mucha soltura, puesto que el material del que están hechos es pura magia , por ejemplo, puedo imaginar que eres el Señor de los Colores con una larga capa confeccionada del color del arco iris, y que de vez en cuando paseas por el Valle Gris de los Perdidos, para rescatar a damas a punto de caer en el Precipicio Negro de la Desesperanza, abrigándolas con tu irisada capa tejida con palabras que regalan sueños.

Not'ho dire -

La vida nace desde lo tangible, buscame en tus sueños, que en los mios ya estás.