Tal vez y solo tal vez, se vive tan deprisa que no se le puede dar importancia a lo que nos hace soñar, suspirar o quizás nos da la fuerza para una lucha que quizás ni si
quiera hemos elegido.
Como se defiende una bandera que no queremos enarbolar, porque defender unos colores, cuando queremos disfrutar de todos, porque elegir un bando cuando no sabemos dónde está la frontera. ¿Quién inventaría las fronteras? Siempre he pensado que debía ser alguien que las llevaba todas dentro, pero hizo escuela y ahora nos movemos por límites, fronteras, bandos, equipos. Sería tan fácil no ser de nada ni de
nadie, como dice la canción de Amancio Prada,
ni tuya siquiera.
La aventura de vivir no debería estar marcada por unas reglas, que ni siquiera los que nos las enseñan han entendido jamás, pero que defienden porque no supieron cuestionarse a tiempo si querían hacerlo.
El viento sopla, sin preguntarse en qué lugar de la rosa de los vientos van a colocarlo, sopla se llame Elíseo, gregal o
el viento es viento, frio si es del norte y cálido si
es del sur.
Tal vez y solo tal vez, estos diez minutos que he dedicado a escribir estas cuatro líneas,
mientras unas notas musicales se pasean entre los auriculares y mi alma me han
aportado por hoy, toda la libertad que necesitaba para sentirme yo.
Evaglauca
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Templario. -