A veces me siento como un queso, no porque este como uno, que ya me gustaría ya, aunque pensándolo, bien podría ser uno de bola. Ni tampoco porque me canten los pies a roquefort, y ya no hablamos del de tetilla gallega porque ese da para toda una disertación y no es el caso.
A veces me siento como un gruyere , llena de agujeros, no se si son existenciales, o simplemente carencias, pero es como si entre tanto orificio el aire se colara y resfriara mis ánimos , y entonces en vez de pensar que soy un queso gruyere y que tengo agujeros porque soy así , me pongo a intentar rellenarlos y dejo entrar algún ratón, unas ocasiones en forma de ocupaciones, otras con preocupaciones propias o ajenas, sin darme cuenta que en vez de rellenar los agujeros estos se hacen más grandes, puesto que son roedores y se alimentan de mi. Así que he decidido aceptar que soy un queso, con mis agujeros grandes, medianos y pequeños y que jamás se rellenaran con nada, aunque para ser sinceros, como me gustaría ser un buen queso manchego, con su cuerpo y su sabor, sobretodo si se acompaña con un buen vino.
Evaglauca
3 comentarios
evaglauca -
seti -
María -
Además, todos nos sentimos agujereados a veces...
Ánimos y besos, pero de lejos, no vaya a ser que te pegue el resfriado...