GORRIÓN
Siempre he recogido las migas, que estaban en el suelo, para alimentarme, sin importarme si mañana habrá más o no. Tal vez tenga alma de cigarra, o puede que siempre que intento ser como una hormiga me distraigo, de tanto concentrarme en seguir el camino del hormiguero.
Salto de aquí allá, y por las tardes voy al parque a ver como juegan esos seres ruidosos y divertidos, que siempre se ríen, y me regalan las migajas que caen de sus meriendas.
No soy pendenciero, no peleo por la comida ni por una rama, hay muchas en los árboles para darme cobijo y siempre encuentro alimento sin demasiado esfuerzo.
Pero últimamente ando extraño, en unos de mis cortos vuelos vi una sombra majestuosa en el cielo, quede absorto, su vuelo era armonioso y su porte tan elegante, que cosas un ser tan pequeño como yo fijándose en un ave tan bella.
Es el halcón más hermoso que existe, y yo debo ser el gorrión más estúpido, es como si la comida se enamorara de su comensal. No puedo evitarlo, ayer me acerque a ella, se que me vio, y su mirada me dijo que no me acercara más, pero lo hice, y creo que esa acción suicida la sorprendió.
Hace un mes que nos vemos en la misma rama, yo vuelo hasta allí con la alegría y la ilusión del enamorado inconsciente, se que soy pequeño e insignificante, pero el solo hecho de que me permita estar a su lado, me hace sentir el gorrión más fuerte y poderoso de este mundo
evaglauca
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Lebana -