- A mí no me gusta condenar a muerte -respondió el principito-. Y creo que me voy.
-No dijo el rey
Pero el principito, habiendo concluido sus preparativos, no quiso afligir al viejo monarca:
-Si Vuestra Majestad desea ser obedecido puntualmente podría darme una orden razonable. Podría ordenarme, por ejemplo, que parta antes de un minuto. Me parece que las condiciones son favorables....
Como el rey no respondiera nada, el principito vaciló un momento, y luego, con sun suspiro, emprendió la partida.
Te hago embajador -se apresuró entonces a gritar el rey.
Tenía un aire muy autoritario .
Las personas mayores son bien extrañas, díjose así mismo el principito durante el viaje.
Fragmento del Principito de Saint-Exupéry.
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