Hay una piedra en el camino, con la que comencé a tropezarme hace años, no se como explicarlo pero tiene como una fuerza magnética que me impulsa a darme con ella, en todo este tiempo me ha destrozado varios pares de zapatos, he sufrido varias torceduras, un día caí y casi me rompo la crisma, pero nada, creo que le he cogido cariño, seguro que tengo el síndrome de Estocolmo porque hasta la veo especial, ahí en medio del camino entorpeciéndome y molestándome, pero no sabría ver el camino sin ella. Así que he tomado una decisión, voy a dar un giro de 180 º y dejar la piedra en medio de ese camino que hasta ahora fue el mío y tomar el sendero de la izquierda, que también tiene un montón de piedras, pero a las que tal vez aprenderé a esquivar sin dejarme, los zapatos, los tobillos y la crisma.
Maldito síndrome de estoeselcolmo que ya estoy echando de menos a la piedrita, pero no seré fuerte y no volveré la vista atrás, que parece que ahí delante, se adivina un algo mejor que no quiero perderme.
Evaglauca
4 comentarios
el cuco -
así me gusta que cambies de sendero, seguro que en nuevos senderos encontrarás miles de cosas nuevas y mucho mejores, porqué autolesionarnos por algo que ni sabemos a dónde va a parar, cuando hay seneros más verdes y coon más flores llenas de color?
un besazo, guapa
Gata Negra -
Pero sabes Evaglauca, yo te comprendo. Somos cabezonas eh! O tercas!! Yo digo que soy perseverante, que suena mucho mejor.
Mucha suerte por el nuevo camino.
Un beso y feliz finde :)
evaglauca -
rafaela -