A veces, creía estar en comunión con los elementos, y una especie de paz de adueñaba de sus sentidos, sumiéndola en como llamarlo, éxtasis. Solo en esos momentos tomaba conciencia de que formaba parte de un todo indefinido, que la envolvía, solo en esos instantes, no se veía como una alienígena de su propia piel, o una apátrida en su alma, en esos segundos eternos, la luz inundaba su universo, y se sentía agradecida de ser ese grano minúsculo de arena en el desierto, que la rodeaba.
En ese oasis de calma, es donde había espacio para todo, menos para los auto reproches, porque en ese instante, la vida y las emociones, eran tan fuertes que nada ni nadie, podían detenerlos.
Gracias a días como ese, sabia que mercería la pena mantener la esperanza, y la fe en el destino, momentos así hacían que la vida mereciera la pena.
Evaglauca
3 comentarios
Toni -
María -
Lebana -
Me encantas así de enamorada del mundo.
Un Besazo