Pertenecía a un pueblo orgulloso, como todos los hombres solo que los conquistadores de su tierra se pensaban mejores.
Fueron despojados de sus pertenecías y relegados al papel de esclavos, porque el color de su piel no contenía suficiente color blanco, les llamaron bárbaros, puesto que su fe era distinta y sus costumbres sorprendentes a ojos de unos seres que padecían los efectos producidos por una borrachera de poder, maquillada de religión y buenos propósitos.
Con el paso del tiempo, el recuerdo de los suyos se diluía en nitidez pero se reforzaba en intensidad, lo que provocaba rencor, un rencor que su dueño podía percibir aún detrás de sus gruesas gafas.
Una tarde, harto de su mirada altiva le preguntó.
-¿Acaso no te trato bien, no te alimento?, porque esa ingratitud ante mi compasión y caridad.
La sangre golpeaba con frenética violencia sus mejillas cuando le contesto.
-No necesito caridad ni compasión lo que yo quiero es justicia.
Pertenecía a un pueblo orgulloso, como todos los pobladores de este planeta
azul .
Evaglauca
2 comentarios
Evaglauca -
Un cariño desde este lado del océano
OPin -
Hermoso relato.
Cariños