Como hoy es mi último día de vacaciones he decidido hacer un poco más el vago, y disfrutar de todo lo que me rodea, así que le he dado a mis musas permiso para ir de cañas por ahí, (ahora entenderéis un poco porque escribo como escribo con unas musas tan proclives a beber) y os voy a dejar un pequeño parágrafo de un libro Gioconda Belli, titulado el Infinito en la palma de la mano que habla por sí solo:
Ella no supo qué contestar. Nada era como había imaginado. Apretó los brazos alrededor de Adán. No quería verlo sufrir. El dolor de él resonaba dentro de ella y agitaba sus huesos. Deseó envolverlo con su piel, multiplicar sus manos para acariciarlo. La impaciencia que el hombre a menudo le provocaba la desalojó. En su lugar percibió dentro de ella un anhelo de consolarlo y quererlo, tan fuerte como el viento y tan suave y cantarín como el agua del río. Se preguntó si él lo percibiría a través de su pelo, si podría olerlo, si saberla poseída de ternura por él apaciguaría su desconsuelo.
-Probaremos la muerte, Eva-dijo Adán, enderezándose de improviso-.Quizás si morimos podremos regresar al Jardín. (Gioconda Belli-El Infinito en la palma de la mano).
Ella no supo qué contestar. Nada era como había imaginado. Apretó los brazos alrededor de Adán. No quería verlo sufrir. El dolor de él resonaba dentro de ella y agitaba sus huesos. Deseó envolverlo con su piel, multiplicar sus manos para acariciarlo. La impaciencia que el hombre a menudo le provocaba la desalojó. En su lugar percibió dentro de ella un anhelo de consolarlo y quererlo, tan fuerte como el viento y tan suave y cantarín como el agua del río. Se preguntó si él lo percibiría a través de su pelo, si podría olerlo, si saberla poseída de ternura por él apaciguaría su desconsuelo.
-Probaremos la muerte, Eva-dijo Adán, enderezándose de improviso-.Quizás si morimos podremos regresar al Jardín. (Gioconda Belli-El Infinito en la palma de la mano).
2 comentarios
evaglauca -
gata negra -
Un besito y mucho ánimo en el curro.