Susurra el viento una historia desde tiempo inmemorial, la tararea bajito como rozando los oídos, acariciando suavemente el lugar donde habitan las fantasías de los soñadores, y en las noches de luna llena sube el volumen, trasportando a los hijos de la cara oculta de la luna, a ese instante donde todo se hace realidad, y las miradas pasan de la timidez a la vena. En ese instante y no en otro se cruzaron y todavía bailan descalzos con sus sensaciones, sin preguntarse nada, como si temieran que la realidad les atrape.
Evaglauca
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