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SOÑANDO CON HADAS

Desde que brotó, había vivido siempre en la parte sombría del jardín. Se elevaba con su tallo de un modo tímido y sinuoso hacia el cielo, en busca de esa luz que le daba la vida.

Disfrutaba con el cosquilleo que le producían las mariquitas mientras trepaban por sus hojas, o del dulce rubor que le provocaba el libar de las mariposas, a las que envidiaba, no por su belleza, si no porque podían salir volando.

La pequeña margarita era soñadora, algo peligroso para una flor enraizada en un jardín. Había aprendido a imaginar otra vida tarde a tarde, cuando la pequeña Alba, leía en voz alta toda clase de cuentos y leyendas para olvidar, que sus pies se resistían a andar sin aquellos hierros que la mantenían rígida, ya que su espina dorsal se resistió a formarse del todo .

Una tarde mientras Alba leía un cuento Celta, sobre hadas, ríos, deseos y sueños imposibles hechos realidad, escucho a su madre decir;

-¿Dónde se esconde hoy mi pequeña sirena?

- Nadando entre margaritas como siempre.

Fue rápido, casi no se dio cuenta, dos dedos la arrancaron del resto de su tallo, pudo sentir como inspiraban su aroma, después un sarcófago de papel la acogió entre la página ciento doce y ciento trece.

Desde que brotó, la sombra y los sueños fueron sus compañeros de viaje, ahora reposa en un libro de cuentos Celtas, sobre hadas, ríos, deseos y sueños imposibles hechos realidad.


Evaglauca

6 comentarios

Evaglauca -

Hoy;
Vaya no era mi intención hacer llorar, gracias por tus palabras.
Un abrazo

hoy -

He llorado con ésta historia.
ENHORABUENA POR ESTE ESCRITO!

Evaglauca -

Gata, creo que tu estas hecha para acabar en una portada, no entre dos páginas.

Un beso

Evaglauca -

Jordi,eso te lo dejo a tu elección, aunque siendo una margarita soñadora, creo que incluso de punto de libro, puede sentirse feliz;)

Gata Negra -

¡¡Eres sorprendente!! Consigues que florezcan sentimientos encontrados. Creo que esa margarita será feliz entre la pagina ciento doce y ciento trece de ese libro de cuentos. Ya me gustaría a mi acabar ahí mi vida...

Un beso!

jordi -

No se si sentirme triste por la margarita, por su final o quizas alegre porque sirvio a una causa noble, la de ser parte de una sueño sobre cuentos celtas, hadas, rios, deseos y sueños imposibles hechos realidad