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SOÑANDO CON HADAS

Nur

Nur

Eran las cinco de la mañana, los primeros rayos del sol se colaron tímidos en la jaima, en ese  preciso instante,  èl asomaba a este mundo. La calidez de las manos de su madre, los gritos de alegría y el roce  de los labios de su padre rozándole la frente, fueron los primeros estímulos que se grabaron en el alma del pequeño tuareg.

Tenían pensado ponerle el nombre de su abuelo, el mejor contador de historias de su caravana, pero el anciano propuso que lo llamasen Nur, ya que había nacido en el momento del día en el que la luz es más bella.

Creció entre los susurros del desierto y las historias contadas al caer la noche, todo lo demás solo era parte del camino. No se cansaba nunca de escuchar a su anciano abuelo explicando aventuras, leyendas sobre Dijins , y relatos que algunos viajeros les habían regalado a cambio de su hospitalidad.

En unas de sus travesías  hacia el oasis de Siwa, se encontraron a un forastero. Se llamaba Rob  y al caer la noche compartió cena y té , a cambio de una historia que cambiaria la vida de Nur para siempre.

Al calor del fuego y bajo la atenta mirada de niños y mayores, el viajero de  aspecto zarrapastroso y mirada vivaracha, dibujo ante todos ellos un escenario de hielo, un desierto helado y frío poblado por un pueblo orgulloso y fuerte llamado Inuit, con el milagro de las palabras les describió una aurora boreal, donde la luz y las partículas de hielo danzan para decorar el cielo con colores infinitos.           

Nur, no podía creer que existiera otro tipo de desierto que no fuera arena y fuego,  a decir verdad nunca había visto el hielo, por lo que decidió que cuando fuera lo suficientemente mayor viajaría alrededor del mundo para sentir en su piel, lo que las palabras de aquel extranjero habían retratado en su mente.

Tenía veintidós cuando sus ojos vieron por primera vez la aurora boreal, y ninguna palabra de este universo ni ningún otro, podrían describir lo que su alma sintió en aquel preciso instante.

 

Evaglauca

8 comentarios

Evaglauca -

Creo que los sueños cumplidos, siempre son inolvidables Josef.

josef -

Hola me uno a ese sueño tiene que ser algo inolvidable,por ejemplo en el cap de creus sentado y con la vista puesta en el orizonte, con buena compañia, lo dicho inolvidable.

Evaglauca -

La verdad es que ver una Aurora Boreal, es uno de los mil quinientos sueños que tengo pendientes.
Un besito

Gata Negra -

Una aurora boreal, como me gustaría poder ver una algún día.

Me encantan tus cuentos, son cortitos y das tantos detalles....

Un beso, y buen finde!

Evaglauca -

Opìn siempre me han fascinado las historias que surgen de las antípodas,Gracias por tus palabras.

Noah, nunca me canso de agradecerte que te pases por aquí , se que me repito pero gracias a tí tambien.

Hola Pimo de Fuentes, vosotros los espíritus nacidos de la arena, y el fuego , siempre rondais cerca de mi alma.
Un besico

Omip Setneuf -

Desde la asociación Sekht-am "tierra de palmeras", ifrits y otros seres de fuego agradecemos ser nombrados en otra bella narración de las nacidas en el corazón de la dulce Evaglauca. Seguiremos atentos. Gracias.

Noah -

Hermoso, relatado como solo tu sabes hacerlo, desde esa poética sensibilidad, que forma parte de ti.

Mi admiración siempre, Eva.

(es precioso :-)

OPin -

Las antípodas se unen por intermedio del cuentacuentos inefable, siempre dispuesto a dibujar en nuestra mente aquello que tan extraño nos parece, por ser tan difícil de imaginar.
Todos tendremos que viajar algún día.
Me encanta su prosa poética.
Cariños.