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SOÑANDO CON HADAS

Acababa de cumplir catorce años, él apenas rozaba los diecisiete, no les había dado mucho tiempo de aprender, pero cuando estaban juntos el resto del  mundo desaparecía.

El destino les otorgo tres años,  en los que jugaron al escondite con sus familias y amigos, no querían público, y no necesitaban escenario  para desplegar el mapa de todos sus sentimientos.

Ella adoraba las todas las flores y las amapolas especialmente, así que en primavera solían reunirse en un campo  detrás del instituto salpicado por cientos de sus flores favoritas.  

Una tarde mientras sus labios se buscaban, él le susurró al oído

-Je t’aime ma petite coquelicot.

 Ella recogió sus palabras y las escondió donde se guardan todas las emociones que merecen la pena.

La despedida fue dura, el traslado de su familia al otro lado del océano fue inminente y no les dio opción a reaccionar a tiempo.

Las promesas de amor eterno se diluyeron poco a poco,  ambos encontraron otros brazos, nuevos sueños y con quien compartirlos.

A veces cuando pasea por el parque cerca del que ahora es su hogar, con su pequeña cogida de la mano no puede evitar una sonrisa pintada de nostalgia cuando le dice:

Je t’aime ma petite coquelicot.

 

Evaglauca

 

7 comentarios

Evaglauca -

Gracias otra vez Noah, a mi también me llega la forma en la que dibujas las palabras en tu espacio.
El tema de los comentarios, no entiendo lo que puede pasar, normalmente no hay problemas, pero tengo que confesarte que la tecnología no es lo mio.
Un abrazo sincero, sabes pensar que lo que escribo puede gustar a alguien, es como ver un sueño cumplido, o como dar un mordisco a la felicidad, y creeme no estoy muy acostumbrada a esa sensación, por eso a veces me quedo un poco muda.

noah -

No aparecen los comentarios, y despues salen en grupo, como los colegas :-), tu misma, borra el que quieras.

Max, te ha dejado 2 comentarios, pero dice que no le da opcion de envio.

noah -

Gracias a ti, Eva. Estoy leyendo las entradas desde el principio de tu blog, y los disfruto.No es mi intencion darte animos,cuando me vayas conociendo, veras que solo me gusta lo que me gusta, y solo quiero a quien quiero,y tus escritos me gustan a rabiar.
Un abrazo sincero,y escribe :-)

noah -

Gracias a ti, Eva.Estoy leyendo todas las entradas desde el principio de tu blog, !me encantan!,y no es por darte animos, ni mucho menos,solo soy sincera,a mi me gusta lo que me gusta y solo quiero a quien quiero,creeme.
Un abrazo

Evaglauca -

Gracias Noah, lo único de cierto es que adoro las amapolas, el resto es pura invención.

Gata, me parece una casualidad de las muchas que tenemos en común, yo también tengo una foto en un campo de amapolas.

Un beso para las dos , y gracias por acercaros siempre para darme ánimo.

Gata -

Me encantan las amapolas. De hecho me encapriché estando embarazada de mi hija de que me hicieran una foto en un campo lleno de amapolas como el de tu foto. Preciosa :)

Por más que lo queramos negar, la distancia, quizás no sea el olvido del todo, pero si que es el olvido en cierto modo.

Bonita entrada Evaglauca :)

Un besote!

PD. ¿Como va esa afonía? Espero que te hayas recuperado para mañana :D:D:D

noah -

Precioso, Eva, eras tu la pequenya amapola? :-)
Tienes siempre la palabra justa,para cada sensacion.
Besos para ri