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SOÑANDO CON HADAS

As vuelto a mí, como lo haces tantas veces, escondido furtivamente en un recuerdo evocado por un aroma, por una imagen o de la mano de una nota musical y siempre que te encuentro me subo en una ola de melancolía y cuando estoy en la cresta me lanza al fondo del mar y doy vueltas y vueltas, sin saber cómo salir a la superficie a tomar aire. Y cuando al fin salgo a respirar, estoy extenuada de tanto intentar alejarme del recuerdo de lo fácil que fue amarte y lo difícil que se me está haciendo desterrarte de mi alma.


Evaglauca


4 comentarios

eldiarioderafaela -

Chicas: veo que están sincronizadas en un momento de haber amado y haber perdido... Ojalá pronto llegue el amor, la ilusión, la esperanza de una buena compañía y dejar atrás el que se fue
bss

Gata Negra -

No, si va a resultar que la "intuitiva" voy a ser yo, y yo sin saberlo ;)

Un besito, y feliz jueves ;)

evaglauca -

No doy crédito, acabas de escribir mi poema favorito

Gata Negra -

Ya lo decía Neruda:

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
la noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

la misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.