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SOÑANDO CON HADAS

CAPITULO IV

CAPITULO IV CAPITULO IV

Entró en casa y se tumbó encima de la cama al lado de la lumbre, perdió la noción del tiempo desenmarañando todos los sentimientos encontrados que correteaban por su cabeza, decidiendo que la mejor manera de poner orden a todo, era olvidarse por instante de ello, así que se dirigió a su lugar favorito. Abrió la puerta y se puso los zuecos antes de adentrarse en su jardín, arrancó las malas hierbas al mismo tiempo que desterró el miedo de su alma, estaba tan imbuida en sus quehaceres, disfrutaba tanto notando la tierra entre sus dedos que no se dio cuenta de que seguían observándola. Atusó con mimo sus mandrágoras como si fuesen pequeños felinos prendidos en la tierra, alineó los parterres hasta que la luna curiosa dio las primeras puntadas a la noche.

Al entrar a casa no lo vio pero pudo olerlo, estaba justo detrás de la puerta, cerrando cualquier posibilidad de huida. Respiró hondo, y se giró, sus ojos se encontraron. Pudo verlo perfectamente.

-¿Qué haces aquí?-le espetó en un tono desafiante.

El como toda respuesta la agarró con un movimiento rápido y contundente de su larga melena obligándola a alzar la cabeza y empezó a oler su cuello como lo hace un lobo siguiendo el rastro de su presa. Emitió una especie de gruñido antes de decir.

-Maldita seas no me temes, ni tus ojos ni tu piel delatan el mínimo miedo.

-Tu lo as dicho no te tengo miedo, simplemente te odio.

Al oír su respuesta, bajó el brazo, obligándola así a agacharse a la altura de sus botas.
-Podría matarte aquí mismo mujer, así que sujeta tu lengua.

-Si quisieras acabar conmigo, lo habrías hecho nada más cruzar el dintel de esa puerta, así que déjate de rodeos y dime que quieres de mi.

-Eres una maldita bruja y deberías arder en el infierno, sabes perfectamente que es lo que quiero.

-Ah si- contestó Jimena girándose, puesto que el la había soltado haciéndola caer de bruces en el suelo-.Quieres esto, y levantándose la falda hasta la cintura volvió a clavar sus ojos en los de el.

Se abalanzó sobre ella, aunque después de poner sus manos el los pechos de la hechicera se retiró hacia atrás.- ¿Cuánto hace que estás embarazada?

-Ja, ¿Cuánto hace que estás embarazada?, maldito cobarde.

-Te he dicho que sujetes esa lengua, ¿es mío?

-No maldito seas es MIA.

Evaglauca

3 comentarios

Gata Negra -

Pos ya somos dos ;)

evaglauca -

Gracias , eres un cielo.

Gata Negra -

:) solo para que sepas que te he leído :D:D:D:D:D

Un beso