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SOÑANDO CON HADAS


A veces me gusta jugar con el azar, voy a la estantería cojo un libro y dejo que se abra por una página .Hoy que tengo uno de esos días en que levantarse de la cama ha sido todo un error pero que quedarse en ella hubiese sido nefasto, sobre todo porque hubiese estado sola, he pensado, haber que me dice el oráculo, y “voilà” hoy estaba chisposillo y me ha regalado esta perla que escribió en 1907 Carmen Conde y que lo dice todo por si misma.

NOSTALGIA DE LA MUJER

Mil años ante ti son como sueño.
Como de aguas el grosor de una avenida.
Hierba que en la mañana crece,
florece y crece en la mañana,
aunque a la tarde es cortada y se seca.
¿Qué es el tiempo ante Ti, qué son los truenos
que blandes contra mi cuando me nombras?
Por favor siente a tu idea, te veo hosco
mirándome en la lumbre de tu Arcángel.
La espada Tu también: eres el filo
y el pomo que se aprieta con el puño.
Para verte a Ti mismo me has nacido.
Por estar solo con tu omnipotencia.
Soy la nada, soy de tiempo, soy un sueño…
Agua que fluye, hierba ácida
que cortas sin amor…

Tu no me quieres.

Carmen Conde 1907

1 comentario

Toni -

Hubo un tiempo, muy lejano en la memoria que no en días, en los que este poema de Oliverio Redondo hubiese sido mi poema, no dejes que sea ahora el tuyo.


Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo. Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.

Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuies y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.

Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!