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SOÑANDO CON HADAS

LA JAULA DE CRISTAL

LA JAULA DE CRISTAL


En un pueblecito de Oriente, vivían dos buenos chicos de procedencia bien dispar. Uno hijo de zapatero, y otro primogénito del Gran Visir.
Quiso el destino hacerles un regalo a cada uno de ellos en forma de pajarillo, para alegrar sus corazones.

El primero de ellos de nombre Hassan, acomodo al pobre ave en una caja de cartón. Con unos calcetines viejos fabricó un nido al polluelo, que no cesaba de temblar a causa del miedo y el frío. Lo alimento a base de sopas de pan y leche, cuidándolo con la paciencia, y tesón del que disfruta compartiendo su tiempo, y después de dos semanas decidió llamarla Eli.

Además de cuidarla, alimentarla y enseñarle a volar, Hassan le describía sus sueños y se emocionaba escuchando los de ella. Llegado el momento la invitó a partir, puesto que ella era poseedora de alas, además de un gran corazón. Ambos sabían que el vinculo que les unía, no lo destruiría ni la distancia ni el tiempo.

Y así fue, Eli iba y venia, atesorando historias de lugares lejanos, los cuales Hassan jamás hubiese visto, de no ser a través de los relatos de su musa, que pasaba tardes bordando recuerdos para su Salvador.

Pasó el tiempo, primero unas primaveras, seguidas de sus veranos, ¿Cómo no? de sus otoños y sus diez inviernos.

La amistad de Eli y Hassan se hizo cada día más fuerte, y casi me atrevería a decir legendaria, digna de admiración y como no de envidia.

Llegó pues a oídos de Omar, la curiosa historia de una gorrioncilla, llamada Eli, que contaba unos relatos maravillosos, de lugares extraordinarios, con una alegría y una magia que cautivaba a cuantos la escuchaban.

Omar se maldijo por su mala suerte, pues el también se encontró hace años una pajarilla a la que bautizo Jandra, la cual nunca supo agradecer el derroche y los regalos que el le compró.

Curiosamente olvidó Omar, como suelen hacerlo aquellos que poseen muchas cosas, entre ellas un corazón que late, porque es su deber, pero que solo se apiada de si mismo. Que al principio Jandra y el, eran inseparables.

Omar, recibió a manos de su padre el Gran Visir, una jaula de un inmenso valor, construida con cristales y piedras preciosas que era la envidia de todos los visitantes de la corte.
En la jaula de cristal, fue acomodada, la gorrioncilla. Al principio, la lucían con orgullo, y ella se esforzaba y entonaba bellas melodías, que le habían sido enseñadas por carísimos profesores de canto. Se deshacía por hacer piruetas llenas de amor y armonía que eran el deleite de todos los cortesanos.
Pero pasó el tiempo, con sus inviernos, primaveras, veranos y sus diez otoños. Y Jandrá dejó de ser la novedad, quedando en el olvido en su bella jaula de cristal antaño fuente de admiración.
Arrinconada por todos enmudeció. Ríos de lágrimas anegaron su garganta anunciando calladamente que el corazón del pobre pajarillo por fin volaba libre fuera de la jaula de cristal que la retenía.

A la mañana siguiente Omar encontró a “la vieja y estúpida Jandra”, muerta en su suntuosa jaula, demasiado para ella…. Aunque no para esa gorrioncilla de la que tanto había oído hablar últimamente a los miembros de su corte.

Hassan fue convenido a presentarse a primera hora de la mañana con su amiga, ante el máximo mandatario de la zona. Pero algo dentro de el, le hizo ir solo. Cosa que disgustó muchísimo al joven Visir Omar, el cual mandó encarcelar al pobre zapatero.
Aquella misma tarde Eli tubo un mal presagio, y voló inquieta toda la tarde, finalmente llegó a sus oídos del pico de una alondra, que Hassan había sido apresado, y que el precio de, su libertad, era ella.

Reunió todo el valor que encontró dentro de ella, y se presentó ante el visir, el cual cumplió su palabra y libertó a Hassan .

Allí frente a su captor, Eli permanecía serena, puesto que no tenía por costumbre tener miedo de nada ni nadie.

Cuando el Visir la vio quedó prendado de la armonía que envolvía a ese ser pequeño y grácil, y sin muchos preámbulos ni explicaciones, le ofreció la jaula de Jandra,

Por primera vez en su vida a la pequeña gorrión se le heló el corazón y el gusto del horror invadió su pequeño paladar con la amargura de lo inevitable, y aún así se negó a ocupar esa cárcel de cristal.

El visir que no era hombre de los que acepta un no por respuesta, argumentó que si en dos días no ocupaba el lugar que le ofrecía, su amigo sería dilapidado en la plaza pública.

Y así fue, como un gris amanecer, ella sola e metió en la jaula, y Hassan recuperó su libertad, aunque el precio que habían pagado por ella, le suponía la peor de las condenas.

La pequeña Eli se acomodo como pudo, a su nueva situación. La jaula le parecía un lugar tedioso. Porque da igual de que material están hechos los barrotes, el resultado siempre es el mismo, no te permiten ser libre.
Eli tenía el pleno convencimiento de que el visir estaba habitado por las fronteras, que se imponen algunos seres que no ven más allá de sus narices y en esos pensamientos estaba cuando se sumió en un profundo pero agitado sueño.

A la mañana siguiente el Visir se acercó para saludar a su nueva “invitada”, con el temor de todo aquel que sabe que no obra bien pero que posee la soberbia del que cree que todo lo puede.

- Buenos días, gran Visir. Dijo la voz de la dulce ave.
El, sorprendido devolvió el saludo con cierto aire de superior indiferencia.
-Quiero que sepas que tu amigo se ha salvado su vida gracias a tu buen juicio.
-Gracias mi señor. Ya que me tenéis aquí desearía saber en que puedo complaceros.
-Quisiera oír uno de vuestros relatos, ya que gozan de una gran fama entre mis allegados.
-¿Uno de mis relatos? ¿Tanto revuelo por una historia? En verdad debéis estar muy falto de afecto, cuando ponéis la vida de vuestros siervos en peligro, para oír el relato de un pobre gorrión aterrorizado ante el peligro de perder lo que más ama en el mundo. Un buen amigo.

-Veo que sois valiente, además de carecer de todo sentido práctico, dado que tu insolencia, bien puede costarte la vida.
-De que me sirve la vida, si solo puedo tenerla para complaceros a vos y a vuestra codicia.
-Yo diría que os sirve como moneda de cambio, puesto que si no quedo complacido, vuestro amigo volverá a ser apresado y morirá a la puesta de sol.
Convencida, de que nada le restaba por hacer, para salvar la situación, empezó a tejer su historia como quien hace un tapiz. Empezó a dar puntadas con sus palabras, y una a una fueron creando un enjambre de ilusiones que mantuvieron en vilo a su captor hasta bien entrada la tarde.

Satisfecho con el resultado obtenido de su posesión de concedió una tregua hasta el día siguiente.

Eli, no se acostumbraba a la jaula, ni a la comida, ni a ninguna de las nuevas circunstancias, así que se mecía en sus recuerdos para evadirse de su oscura realidad, hasta que el sueño la sorprendía.

Pasó el tiempo, y el Visir lejos de olvidarse o aburrirse de ella, se quedó enredado en el alma de Eli, de su alegría, imaginación….Poco a poco fue volviéndose más humano, condescendiente, también poco a poco empezó a juzgar por si mismo, no por obedecer, agradar o deslumbrar a nadie, y en esos momentos, se dio cuenta que su prisionera cada día estaba más triste. Fue entonces cuando tubo la certeza que siempre había antepuesto todo para satisfacer su ego, y eso que hasta entonces era lo más normal, empezó a parecerle odioso. A la mañana siguiente mientras Eli dormía en su jaula le dejó una nota y le abrió la puerta.

Cuando Eli despertó y vio la jaula abierta, salió volando, sin percatarse de nota alguna. Se fue tan rápido como pudo en busca de Hassan.

Al atardecer, cuando el visir vió la jaula vacía, y su nota sin leer cayo al suelo desfallecido. Ninguno de sus médicos supo diagnosticarle mal alguno, pero el se negó a comer, a beber e incluso dejó de dormir, solo se aferraba al trozo de papel que halló en la jaula.

Ante esa situación, el más allegado de sus colaboradores, mando buscar a Eli, puesto que todos en la corte creían que el estado del Visir era el resultado de un hechizo.

Apresaron de nuevo a la pobre Eli, y la llevaron a la estancia donde el Visir permanecía en un estado lamentable. Ella quedó perpleja al percatarse de la situación y acercándose con suma cautela al lugar donde se hallaba Omar, este abrió su mano de dejó caer el papel.

Al recoger el papel, la pajarilla pudo darse cuenta que era una carta dirigida a ella en la que ponía:

Querida Eli
Abro la puerta de tu jaula para dejarte en libertad, en agradecimiento a todas las tardes en las que me has complacido con tus historias, pues tus palabras me han hecho libre.
Yo que aparentemente todo lo poseo, no me había dado cuenta de que tu siempre has sido, eres y serás un ser libre, mientras yo llevo demasiado tiempo siendo esclavo de mis miserias.
Albergo la esperanza, de que tu magnánimo corazón, pueda perdonarme.
Y mi arrogancia se atreve a pedirte una última historia, pero esta vez libre, sin estar obligada ha hacerlo, si no solo por el placer de compartirla conmigo.
Aunque si decides partir para siempre sin mirar atrás también podré entenderlo.
Siempre tuyo
Omar.

Eli, quedó atónita ante la carta, que era prácticamente una declaración de amor, y después de unos segundos de pensar, el que hacer, se acercó suavemente al lado del Visir y emperezó a explicar una historia, acerca de un corazón libre y una jaula de cristal……..

Omar acabó por recuperarse, tan rápido que pareció cosa de magia. A partir de ese día, recibía de vez en cuando la visita de su amiga halada con la que compartía historias y una buena taza de te.

Ambos ganaron un amigo, aunque los que conocían al Visir antes de esta historia aseguran que su pueblo ganó mucho más que eso, puesto que no hay nada mejor para un pueblo que un gobernante sabio y justo.

Y como diría Eli, da igual cual sea el principio, y los errores que se cometan en el camino, si al final puedes sacar una buena enseñanza y la repercusión de la misma beneficia a los que te rodean.


Evaglauca

3 comentarios

evaglauca -

Gracias , por tu crítica, no me molesta en absoluto. Si que lo he escrito yo, aunque posiblemente, lleve millones de connotaciones de los cuentos que me gustan leer. Puedes decir lo que quieras, no me gustan las palmaditas en la espalda de condescendecia.

piespatines -

muy entretenido, lo has escrito tu???? es tuyo????, me suena como si lo hubiera leido antes............
....... demasiada moraleja..... supongo como cuento tiene que tenerla, pero no hace falta masticarla tanto......

perdoname por mi critica, me tenia muy intrigado y al final parecia una pelicula de wat dysney,,,,,,,,(guardalos con cariño a ver si tu hermana la lias y que te haga la ilustracion y los publicas.....yo lo compraria para mis hijos y para mas de un adulto)

con todo mi sincero cariño......


los mediocres como yo solo criticamos porque no podemos crear....

Maria -

No hay nada más importante que la libertad.
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